26 de septiembre de 1897
Santa Teresita estaba ya sin fuerzas...
¡Ay, qué acabada estoy...!
Mirando por la ventana una hoja muerta desprendida del árbol y suspendida en el aire por un ligero hilo:
Mira, ésa es mi imagen, mi vida sólo pende de un ligero hilo.
Santa Teresita Del Niño Jesús
Testimonio sobre este pasaje de vida de Santa Teresita:
Después de su muerte, la noche misma del 30 de septiembre de 1897, la hoja, que hasta entonces había estado balanceándose a merced del viento, cayó al suelo, y yo la recogí con el hilo de araña que todavía estaba adherido a ella.
Referencia: Ultimas conversaciones - El cuaderno amarillo de la Madre Inés.
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