1 ¡Hoy rompes, Jesús mis lazos !
En la orden de María podré hallar todos los bienes de verdad,
Si abandono a mi familia entrañable, de tus celestes favores tú la sabrás colmar.
Y a mí el perdón me darás de los pobres pecadores.
2 En el Carmelo, Jesús, debo vivir,
pues tu amor a este oasis me ha llamado.
Aquí te quiero seguir, amarte, y pronto morir.
¡Aquí, mi Jesús, aquí!
3 En este día, Señor, colmas todos mis deseos.
En adelante podré, cerca de la Eucaristía,
inmolarme noche y día, inmolarme silenciosa, y
esperar en paz y en calma tu llegada para el cielo.
Exponiéndome a los rayos de la hostia inmaculada,
en esta hoguera de amor pronto me iré consumiendo, y
te amaré, Jesús mío, como un serafín del cielo.
4 Cuando terminen, Señor, mis días aquí en la tierra,
que será pronto, a la playa eterna te seguiré.
¡En el cielo vivir siempre!
¡Amarte y nunca morir!
¡Para siempre! ¡Para siempre.!
Santa Teresita Del Niño Jesús
Notas sobre éste Poema
Fecha: 15 de Agosto de 1895
Santa Teresita compone éste poema para María Guérin (su prima), a su entrada en el Carmelo (sor María de la Eucaristía). Era costumbre que la postulante cantase «algo» a la comunidad la noche de su entrada. María Guérin está dotada de una hermosa voz de soprano; y Teresita quiere que se luzca eligiendo para ello una romanza apropiada, por lo que Santa Teresita realiza con destreza la transposición del amor humano al amor místico.
Escrito original con la letra de Santa Teresita Del Niño Jesús del Poema 21 < Cántico de un alma que ha encontrado el lugar de su reposo >
Referencia: Imagen tomada de los Archivos del Carmelo de Lisieux
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