Mi querido Rey:
¡Qué bueno es Dios por haberte curado! (1). Te aseguro que tu Reinecita estuvo muy preocupada, y realmente había motivos para ello, pues estuviste muy enfermo. Todo el Carmelo estaba en oración, y por eso Dios acabó por escuchar sus plegarias y me devolvió a mi Rey. Pero ya sabes, querido papaíto, que ahora que Dios ha hecho lo que deseábamos, te toca a ti hacernos completamente felices.
La Huérfana de la Berezina (2) te suplica que te cuides mucho, todo lo que haga falta, ya sabes que la Intrépida No. 2 entiende de eso. Así que te ruego que respetes ese título (que le ha dado el mismo Rey) y que te cuides cuanto sea necesario.
Tu Reinecita está siempre a tu lado con el corazón. ¿Cómo va a olvidar a su Rey tan bueno? y, además, me parece que el cariño se agranda, si es posible, cuando se ha sufrido tanto...
Adiós, mi Rey querido. Y sobre todo, cuídate mucho para dar gusto a tu Reina.
Teresa del Niño Jesús
Fecha: 15 de noviembre de 1888
Ref.: Libro de Cartas / Tercer Periodo / El Postulantado
Notas: (1) El señor Martin había sufrido un nuevo ataque de parálisis.
(2) Sobrenombre que el señor Martin había puesto a Celina (su hermana).
La Intrépida No. 1 era María (su hermana).
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