1 Hay en la tierra un árbol,
árbol maravilloso,
cuya raíz se encuentra,
¡oh misterio!, en el cielo.
2 Acogido a su sombra,
nada ni nadie te podrá alcanzar;
sin miedo a la tormenta,
bajo él puedes descansar.
3 El árbol inefable
lleva por nombre «Amor»,
Su fruto deleitable
se llama «El abandono».
4 Ya en esta misma vida
este fruto me da felicidad,
mi alma se recrea
con su divino aroma.
5 Al tocarlo mi mano,
me parece un tesoro.
Al llevarlo a la boca,
me parece más dulce todavía.
6 Un mar de paz me da ya en este mundo,
un océano de paz,
y en esta paz profunda
descanso para siempre.
7 El abandono, sólo el abandono
a tus brazos me entrega,
¡oh Jesús mío!, y es el que me hace vivir
con la vida de tus elegidos.
8 A ti, divino Esposo,
me abandono,
y no quiero nada más en la vida
que tu dulce mirada.
9 Quiero sonreír siempre,
dormirme en tu regazo, y
repetirte en él que te amo,
mi Señor.
10 Como la margarita
de amarilla corola,
yo, florecilla humilde,
abro al sol mi capullo.
11 Mi dulce sol de vida,
mi amadísimo Rey,
es tu divina hostia
pequeña como yo.
12 El rayo luminoso de tu celeste
llama nacer
hace en mi alma
el perfecto abandono.
13 Todas las criaturas
pueden abandonarme,
lo aceptaré sin queja
y viviré a tu lado.
14 Y si tú me dejases,
¡oh divino tesoro!,
aun viéndome privada de tus dulces caricias,
seguiré sonriendo.
15 En paz yo esperaré,
Jesús, tu vuelta,
no interrumpiendo nunca
mis cánticos de amor.
16 Nada, nada me inquieta,
nada puede turbarme,
más alto que la alondra
sabe volar mi alma.
17 Encima de las nubes
el cielo es siempre azul,
y se tocan las playas
del reino de mi Dios.
18 Espero en paz la gloria
de la celeste patria,
pues hallo en el copón el suave fruto
¡el dulcísimo fruto del amor!
Santa Teresita Del Niño Jesús
Notas y Referencias de este Poema:
Escrito el 31 de Mayo de 1897
Es una canción, pero una canción que va más allá de ella misma, una canción para soportar «la tormenta» y entregarse de corazón, pero tranquilos, seguros, «en paz» (palabra que se repite cuatro veces). La confianza de las cuatro últimas estrofas no es fingida: es el auténtico «abandono», por encima de los consuelos sensibles.
Del libro: Teresa de Lisieux - Obras Completas
Escritos originales con letra de Santa Teresita Del Niño Jesús del Poema 52
< El abandono es el fruto delicioso del amor >
Imágenes tomadas de los Archivos del Carmelo de Lisieux.
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