No permitas Santa Teresita que en los momentos de dificultad, de abandono, de noche oscura y de tempestad, mi fe se debilite y se vea amenazada por las acechanzas del demonio, cayendo en su confusión y tentación y reprocharle a Nuestro Señor las adversidades por las que estoy pasando.
Por el contrario, enséñame como Tú a cerrar mis ojos, mis pensamientos y en silencio, aceptar la Voluntad de Dios y no quejarme de mis adversidades. Amén
Autor: Ricardo Cano López ©
@HistoriaDMiAlma